En el recorrido escolar, el octavo grado marca un momento en el que los jóvenes empiezan a descubrir con mayor claridad las leyes que rigen el mundo natural y cómo el ser humano puede dialogar creativamente con ellas. 

Durante la época de Físico-Química, nos adentramos en el universo de la hidráulica, explorando cómo el agua, con su fuerza y fluidez, puede transformarse en energía y movimiento. 

Organizados en grupos, los estudiantes recibieron el desafío de construir diferentes dispositivos: un brazo articulado, un elevador, dos puentes móviles y una prensa. Todos ellos fueron realizados con sistemas hidráulicos diseñados y elaborados por los propios jóvenes. 

El proceso estuvo lleno de ensayos, errores, ajustes y replanteos, pero también de entusiasmo y descubrimiento. Finalmente, las ideas cobraron forma en estructuras capaces de responder al impulso del agua y a la creatividad de quienes las construyeron.